Ayer celebramos el día de la madre y qué mejor manera de hacerlo que homenajeando a todas aquellas mujeres, grandes madres, que consiguieron con su pasión, su empeño y su apoyo, encumbrar a sus hijos.
Y yo soy así gracias a la mía, a mi madre.
En todos esos momentos de cansancio en los que he estado a punto de tirar la toalla, allí ha estado ella para animarme, motivarme y sobre todo para apoyarme tomase la decisión que tomase. Nunca me ha presionado y sin embargo ha sido ella la que me ha dado la fuerza para continuar. Todos mis «grandes» problemas los ha reducido a detalles sin importancia y ha hecho de mí la mujer luchadora que en estos momentos soy.
Me ha enseñado que aunque ser madre es un trabajo a tiempo completo, no es incompatible con hacer otras cosas igual de importantes, interesantes, divertidas o agotadoras.
Y quiero compartir alguno de los consejos que me ha ido dando porque me han ayudado tanto que sería muy egoísta por mi parte guardarlos sólo para mí:
– Lucha por tus sueños
– Baila como si no hubiera un mañana
– Cambia de opinión una, dos, tres o quinientas veces
– No te guardes un «Te quiero»
– Vete de compras
– No dejes escapar oportunidades
– Llora, si te apetece llorar
– Pide ayuda cuando no puedas más
– Muérete de la risa
– Se competitiva: en el trabajo, en tus clases de danza, en la reunión de padres…
– Ten asumido que jamás podrás hacerlo todo. Y que no pasa nada
– Estar. Ser. Ahora mismo. Tú y este segundo
– Se ambiciosa y quiere llegar muy lejos
– Siente un flechazo
– Ten un secreto
– Y algún vicio oculto
– Quiérete
¿Cómo no voy a quererle yo a ella?. Gracias mamá.
Vestido encaje: H&M
Top estampado: Zara